Ella lo contempló cargada de amor infinito, poco le importaba lo que los demás pudiesen opinar, solo ÉL ocupaba el centro de sus preocupaciones.
ÉL la observaba con amor, anhelo y preocupación. Sabía que "enamorarse más de la cuenta, era una mala inversión", Sabina se lo había susurrado y ÉL lo había hecho religión. Muchas cosas los separaban, pero su media humanidad la ansiaba con locura. Esa mitad, era capaz de luchar con las fuerzas de un ejército completo y aún así nunca sería suficiente. No importaba cuántas cosas hiciese por ella, jamás sería suficiente.
—No lo comprendo... —murmuró ella afligida.
—¿Qué no comprendés? ¡Soy mitad demonio, el nuevo monarca del infierno!
—Entonces soy una bruja con alma pirómana, que desea incinerarse en las llamas de tu inframundo.
—No, sos una suicida con alma romántica — aseguró, mientras posaba con delicadeza su mano en la mejilla de la joven.
—¿Qué no comprendés? ¡Soy mitad demonio, el nuevo monarca del infierno!
—Entonces soy una bruja con alma pirómana, que desea incinerarse en las llamas de tu inframundo.
—No, sos una suicida con alma romántica — aseguró, mientras posaba con delicadeza su mano en la mejilla de la joven.
Ella sabía que el pasado de él era tormentoso, lo sabía. Era consciente de que no era un solo "chico malo" del montón, ÉL era el peor de todos; el único con la intensidad necesaria para incinerar el ansia que la corroía, el único demonio que podía llevarla al cielo y al infierno con una sola de sus caricias. Y a pesar de todo lo que decían de él, nadie se detenía a pensar en que ella no era ninguna santa.
—Tengo que cuidarte de mí, sé que no voy a herirte a propósito pero no voy a perdonarme nunca lastimarte.
—Soy más fuerte de lo que pensás — se obstinó Ella.
Él exhaló de sus pulmones el aire de los derrotados, estaba vencido a sus pies.
—Te amo — le confesó, horadando las pupilas de la muchacha.
Fue su confesión más pura, la amaba, y era la primera vez que un sentimiento tan sublime, que no se sentía merecedor de algo tan noble.
—Te amo con tu pasado, tu presente y tu futuro.
La certeza de Ella, lo conmovió. Incapaz de hacer otra cosa, la aferró a su cuerpo, con su luz y con su oscuridad se juró protegerla...
—Tengo que cuidarte de mí, sé que no voy a herirte a propósito pero no voy a perdonarme nunca lastimarte.
—Soy más fuerte de lo que pensás — se obstinó Ella.
Él exhaló de sus pulmones el aire de los derrotados, estaba vencido a sus pies.
—Te amo — le confesó, horadando las pupilas de la muchacha.
Fue su confesión más pura, la amaba, y era la primera vez que un sentimiento tan sublime, que no se sentía merecedor de algo tan noble.
—Te amo con tu pasado, tu presente y tu futuro.
La certeza de Ella, lo conmovió. Incapaz de hacer otra cosa, la aferró a su cuerpo, con su luz y con su oscuridad se juró protegerla...
¡Hola, Rocío! ¿Cómo estás? ¡Qué lindo esto que escribiste! Me gustó especialmente esta frase: "Sabina se lo había susurrado y ÉL lo había hecho religión". Y también qué bueno que te hayas animado a compartirlo, como dice más arriba.
ResponderBorrarHermosooo me encantó ro gracias por compartirlo ¡¡¡¡
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